La ola de femicidios no se detiene

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Por Dr. Daniel Cassola

Las movilizaciones impulsadas por el colectivo Ni Una Menos dieron un golpe sobre la mesa de la discusión pública. El tema de la violencia de género se instaló definitivamente en la agenda. Pero, al parecer, ha quedado solo como eso, un tema de debate.

Quizás hayan ganado en visualización, y hoy se los pondere de otra manera, pero es escalofriante el derrotero de casos de violencia contra la mujer que se percibe al abrir cualquier diario, sintonizar cualquier radio o mirar un noticiero.

Al caso de la chica marplatense Lucía Pérez, muerta por empalamiento como en la Edad Media o en las novelas de Drácula, se suman otros episodios que aparecen de manera cotidiana.

Hoy las noticias indican que hubo dos femicidios de similares características en el conurbano bonaerense. En Lanús un hombre asesinó a puñaladas a su esposa y luego se suicidó. De forma similar, en Florencio Varela, un hombre también terminó con la vida de su mujer con un cuchillo y luego saltó a las vías del tren.

Cualquier búsqueda por un archivo de noticias reciente va arrojar un sinfín de casos escalofriantes. Luego de que el tema ha tomado, sin dudas, gran relevancia pública, hay un paso siguiente y necesario que todavía no se ha dado.

Al leer de qué manera se producen los casos que comentamos suele quedar una sensación que sobrevuela a muchos de los asesinatos. Esta es que los ataques se podrían haber evitado. De hecho, muchos femicidas habían sido denunciados por su pareja con anterioridad.

No es un momento fácil para las fuerzas de seguridad ya que los problemas en el área son infinitos, desde la proliferación de los robos de todo tipo hasta el avance del narcotráfico. Pero no por ello deja de ser cierto que la violencia de género merece una mejor consideración en las prioridades.

Las comisarías deben estar preparadas para recibir a las víctimas de violencia, y debe haber algún dispositivo que se pueda activar para darle una mínima protección a las mujeres. Las órdenes de restricción perimetral que emite la Justicia, por ejemplo, no suelen cumplirse.

No debe haber soluciones mágicas para problemas tan complejos. Pero es necesario exigir que se avance en lo que se tenga que avanzar para detener una ola de femicidios que parece no tener fin.

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