Por Redacción Curar con Opinión

Con más de 114.000 contagios y casi 8.000 muertos por Covid-19 en el país, ciudades como Manaos, Belem y Fortaleza (norte y nordeste) tienen sus sistemas de salud al borde del colapso: ya no hay camas disponibles en unidades de terapia intensiva y en puestos sanitarios de menor complejidad.

Ese panorama llevó a autoridades a instalar cámaras frigoríficas en torno a unidades de atención en algunas ciudades para conservar cuerpos sin vida hasta que puedan ser enterrados. Varios mandatarios regionales, además, ordenaron bloqueos totales para contener la pandemia. En la región metropolitana de San Luis ya rige el primer «lockdown» de Brasil.

En la turística ciudad de Fortaleza, también en el nordeste y capital del estado de Ceará, el gobernador Camilo Santana y el alcalde Roberto Claúdio anunciaron un «lockdown» (cierre de emergencia) por diez días desde el jueves, cuando la población apenas podrá salir a la calle para buscar atención en salud, alimentos o medicinas.

La pandemia, que se espera que provoque la mayor retracción económica de la historia moderna de Brasil, ya derrumbó la producción industrial a niveles no vistos en casi dos décadas. La actividad fabril cayó en marzo un 9,1% ante febrero, con retracciones generalizadas excepto en las actividades dedicadas a la producción de artículos de higiene y limpieza, guantes, jeringas y papel higiénico. El rubro que más influenció en el derrumbe fue la producción automotriz, que registró una baja de 28% debido a la paralización de la actividad.