Próstata: continúa el debate sobre un estudio de detección precoz

La recomendación del Grupo de Tareas de Servicios Preventivos de Estados Unidos, dependiente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), de no realizar el análisis de antígeno prostático específico como método diagnóstico masivo poblacional, generó posturas a favor y en contra.
El antígeno, muy conocido por su sigla en inglés PSA, que supo marcar un antes y un después en la detección del cáncer de próstata, hoy se desaconseja “porque no ha demostrado que impa cte en la sobrevida global de los hombres analizados, tiene un alto costo para la salud pública y potencial morbilidad en pacientes diagnosticados, en quienes la enfermedad iba a permanecer sin síntomas en el transcurso de su vida”, indica Martín Alonso, director del Hospital Oncológico Provincial.
Aun así, la enfermedad constituye en el país la segunda causa de mortalidad por cáncer en hombres, según el Instituto Nacional del Cáncer (INC).
Pero más allá del anonimato de las estadísticas, urólogos y pacientes se encuentran a diario cara a cara en el consultorio, donde ese test es considerado “muy útil en el seguimiento y diagnóstico de muchas enfermedades prostáticas y un arma fundamental para cualquier urólogo”, asegura Manuel López Seoane, urólogo y andrólogo, docente en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y Universidad Católica de Córdoba (UCC) y jefe del Servicio de Urología del Sanatorio Allende.
“El antígeno prostático espe cífico es un estudio sumamente útil para la detección precoz del cáncer de próstata; en la etapa temprana de la enfermedad, es posible curarlo aplicando distintos procedimientos que van desde la cirugía, la radioterapia externa o la braquiterapia”, señala Oscar Pautasso, profesor titular plenario de Urología en la UNC y Jefe del Servicio de Urología del Sanatorio del Salvador. “Antes de su empleo –agrega– en la mayoría de los pacientes el diagnóstico se hacía cuando la enfermedad se encontraba avanzada, lo que impedía un tratamiento curativo”.
Por otra parte, instituciones y profesionales que adhieren a la recomendación de no continuar con el test universal en la población que no presenta síntomas se atienen al análisis de los resultados de investigaciones de Estados Unidos y Europa, de los que surge que el antígeno prostático ha logrado una escasa reducción de muertes por cáncer de próstata, mientras que “los perjuicios que puede generar son mayores que su beneficio potencial”.
Una de las complicaciones que observan es el impacto psicológico para el paciente asintomático de enterarse que tiene cáncer de próstata cuando, en la mayoría de los casos, se trata de un tumor de lenta evolución y más del 80 por ciento de los hombres diagnosticados no muere por esta enfermedad, sino por otros problemas o por la edad.
Otro factor desfavorable sería que el test no es infalible: según el Instituto Nacional del Cáncer “conlleva una tasa de falsos positivos elevada, de alrededor del 75,9 por ciento”, lo que implica que aunque el PSA indique que hay enfermedad, no existe tal situación.
Asimismo, la disfunción eréctil, impotencia e incontinencia urinaria son otras de las posibles complicaciones sobre las que se advierte como consecuencia del tratamiento del cáncer de próstata.
La realidad del consultorio. “Si bien el Estado no aconseja el screening (estudio masivo) como práctica de salud pública –apunta Alonso–, esta postura es distinta de lo que cada médico y cada paciente quiera hacer”.
Los urólogos, en tanto, consideran que es un método diagnóstico que, por ahora, no tiene reemplazo y que permite detectar cáncer en forma precoz y tratarlo cuándo y cómo corresponda.
“Existen en el mundo entidades de reconocido prestigio, como la Sociedad Americana de Urología, que avalan el empleo del antígeno prostático especí fico y, en nuestro medio, hay pautas comunes dictadas por la Sociedad Argentina de Urología y la Federación Argentina de Urología, que recomiendan el empleo anual del análisis y tacto rectal en varones a partir de los 50 años”, señala Pautasso.
Mario Maglione, docente de la Cátedra de Urología en el Hospital San Roque y director médico de Urolit (Instituto Oulton), apunta: “El antígeno prostático específico es un análisis sanguíneo que al aumentar sus valores nos pone en alerta sobre posible cáncer prostático y combinado con ecografía prostática y tacto rectal, nos indica el momento en que debe realizarse una biopsia de próstata o solo el chequeo periódico”.
Respecto del gasto para la salud, López Seoane afirma que “la frecuencia de la repetición del PSA sólo debe estar a cargo de un urólogo. En un paciente sano basta con uno por año a partir de los 50, y yo veo en la práctica que hay pacientes hasta con cuatro análisis anuales, que le pidió el clínico, el cardiólogo, un médico amigo, etcétera, y esto perjudica al costo en salud pública o privada”.
Factores de riesgo
La presencia de ciertos factores de riesgo genera propensión a padecer cáncer de próstata. Muchos de estos factores de riesgo pueden evitarse. Otros, como los antecedentes familiares, no. Algunos de ellos son:
Edad. Es el principal factor de riesgo. Esta enfermedad es poco frecuente en hombres menores de 45 años y las probabilidades de padecerlo aumentan considerablemente con la edad.
Antecedentes familiares. El riesgo de un hombre es mayor si su padre o hermano tuvieron esta enfermedad.
Ciertos cambios de la próstata. Los hombres que tienen acúmulos de células llamados neoplasia intraepitelial prostática de alto grado pueden tener un riesgo mayor de cáncer de próstata. Estas células de la próstata se ven anormales al microscopio.
Dieta. Algunos estudios sugieren que quienes tienen una dieta con gran contenido de grasa animal o carne pueden tener riesgo mayor de presentar cáncer de próstata. Los hombres que consumen una dieta rica en frutas y verduras pueden tener un riesgo menor.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación.
Informar al paciente. En caso de realizar alguna técnica quirúrgica para tratar el cáncer de próstata, el paciente debe estar informado sobre los riesgos. Según el procedimiento que se aplique, las secuelas más comunes son la imposibilidad de tener hijos, disfunción sexual e incontinencia de orina.
No a los 70. El análisis de PSA no debiera hacerse en mayores de 70 años, indica el oncólogo Martín Alonso.
LA VOZ DEL INTERIOR ONLINE (CÓRDOBA)

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