Otitis: mitos y causas poco conocidas

El origen de la infección no hay que buscarlo únicamente en la pileta, ni en un resfrío. Claves para prevenir.

Es uno de los clásicos de la temporada de frío y los pediatras se cansan de diagnosticarla. Es que la otitis media es una de las principales causas de consulta en menores de tres años. Puede originarse como consecuencia de un resfrío, pero hay motivos menos conocidos que también pueden desencadenar el cuadro y que pueden prevenirse.

Las infecciones del oído son comunes en los bebés y en los niños, debido a que sus trompas de Eustaquio (que drenan el líquido que se produce en el oído medio) se obstruyen fácilmente.

Entre las causas que pueden provocar la infección están el exceso de moco y de saliva producidos por la dentición, cuadros catarrales de la vía superior, el uso prolongado del chupete, las actividades acuáticas en natatorios cerrados, el agrandamiento de adenoides, la concurrencia temprana al jardín y el hecho de que los chicos tomen la mamadera acostados o que habiten ambientes con humo de tabaco.

“En muchos casos, la modificación de estas conductas es suficiente para disminuir los episodios recurrentes de otitis media”, sostiene Ezequiel Laborde, médico otorrinolaringólogo del Hospital Británico y asesor médico de GAES Centros Auditivos.

Pero así como hay causas no del todo conocidas, hay otras que gozan de popularidad pero no de respaldo científico. Es el caso de la exposición a fuertes vientos. “La creencia de que el efecto del viento sobre la oreja pueda producir otitis media aguda no es cierta, ya que el origen de la misma responde, en la mayoría de los casos, a una complicación de una infección viral del tracto respiratorio superior. Por eso es importante que los papás desestimen los tratamientos caseros y consulten al pediatra para evitar que la enfermedad se complique”, aconsejó Laborde.

Dolor de oído, llanto, fiebre y, en algunos casos, secreción por el oído, son los principales síntomas de la otitis. Una vez diagnosticado el cuadro se inicia un tratamiento con antibióticos y un profesional debe controlar la evolución.

En el caso de los bebés, la lactancia materna es una de las mejores herramientas de prevención. Otras medidas: evitar cambios bruscos de temperatura y garantizar que los chicos se alimenten bien para reforzar sus defensas; lavarse frecuentemente las manos y no estornudar sobre ellas, para evitar infecciones respiratorias altas; y consultar al pediatra y al otorrinolaringólogo en caso de chicos con congestión nasal frecuente.

Fuente: Clarín

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