Insuficiencia cardíaca: un nuevo medicamento baja un 20% la muerte súbita

Reduce significativamente el número de internaciones y la progresión de la enfermedad, que afecta a 1 de cada 5 mayores de 40 años.

En los ’80, 2 de cada 10 personas no sobrevivían a un infarto. Pese a que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de mortalidad en el país, esa relación se redujo a menos de la mitad en la actualidad gracias a los avances de la medicina. Y tras dos décadas sin grandes progresos en los tratamientos, un nuevo fármaco para la insuficiencia cardíaca crónica recientemente aprobado en Argentina abre otro capítulo alentador ya que baja significativamente el riesgo de muerte súbita, el número de internaciones y la progresión de la enfermedad.

El sacubitrilo/valsartan está indicado en pacientes con insuficiencia cardíaca crónica con una capacidad funcional del corazón inferior al 40%, que son alrededor de la mitad de quienes padecen esta afección. Fue probado en el mayor estudio clínico sobre la enfermedad, del que participaron casi 8.500 pacientes de diferentes países (351 argentinos) divididos en dos grupos: a uno se le suministró la nueva molécula y al otro enalapril, el mejor tratamiento disponible hasta el momento. La investigación fue suspendida en forma temprana por la contundencia de los resultados. En comparación, la nueva droga redujo un 20% el riesgo de muerte por causas cardiovasculares y en la misma proporción la muerte súbita y las primeras hospitalizaciones.

“Esta es una droga del 20%. Baja todo un 20% porque tiene un efecto estructural. El beneficio no es selectivo sobre algo puntual, sino que actúa sobre el núcleo del problema y los beneficios se ven reflejados en cada una de las consecuencias que puede haber (progresión de la enfermedad, internaciones, muerte súbita). Y en última instancia, en la reducción global de la mortalidad”, explica Enrique Fairman, jefe de Insuficiencia Cardíaca y coordinador de Unidad Coronaria de las Clínicas Bazterrica y Santa Isabel.

Después de los 40 años, una de cada cinco personas desarrollará insuficiencia cardíaca, enfermedad que en Argentina es la primera causa de hospitalización en mayores de 65. El corazón de quienes la padecen no es capaz de bombear sangre de manera eficiente a órganos y tejidos para que el organismo funcione con normalidad. En la mayoría de los casos ocurre porque el músculo cardíaco se debilita o endurece (ya sea por un infarto, arritmias, cuadros virales o enfermedades valvulares, entre otras causas). Sus principales síntomas son dificultad para respirar, hinchazón de pies y tobillos, fatiga y piel pálida o azulada.

“Se trata de pacientes añosos, con muchas patologías asociadas y complicaciones, por lo que tenemos una enfermedad prevalente, grave y con limitantes en la cantidad y calidad de vida”, sostuvo durante su visita a Argentina para la presentación del nuevo fármaco Antoni Bayés-Genis, director del Laboratorio de Investigación de Regeneración Cardíaca e Insuficiencia Cardíaca del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Barcelona (España). “Estamos ante una epidemia que va a estar entre nosotros por mucho tiempo y está en fase expansiva. Se está convirtiendo en un problema mayor desde el punto de vista de los pacientes, y económico y social para los países por los altos costos que implica”, alertó.

Hasta hoy, había dos caminos para el tratamiento de la enfermedad: inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o bloqueantes de receptor de angiotensina II (ARA II), en combinación con otros fármacos. “A través de estas vías conseguíamos mejorar la calidad de vida y la supervivencia y eso ha sido así desde los ’80 y ha habido pocos avances en la terapéutica de la insuficiencia cardíaca desde el punto de vista farmacológico. Ahora tenemos un concepto nuevo, dos mecanismos de acción en una misma molécula. Un fármaco que por un camino (valsartan) bloquea la angiotensina II (que es muy tóxica para el corazón) y por otro lado tenemos sacubitrilo, que bloquea la neprilisina y así aumenta los péptidos natriruéticos, que son cardioprotectores”, explica el especialista catalán. En palabras sencillas, resume: “La parte dañina la bloqueamos y la positiva la incrementamos”.

“Venimos tratando con drogas que nos han sido muy útiles, pero este fármaco es muy prometedor por su mecanismo de acción. Los estudios han mostrado un impacto muy bueno en los pacientes, porque aumenta el nivel de ciertas neurohormonas. El enalapril nos sirvió mucho durante estos 25 años, pero si hay algo superador a lo mejor que teníamos, bienvenido sea”, opinó consultada por Clarín Daniela García Brasca, presidente del Comité Científico de Insuficiencia Cardíaca de la Federación Cardiológica Argentina, que no participó del ensayo clínico ni de la presentación.

El modo de administración de la droga que comercializa Novartis es de dos veces al día, en reemplazo de IECAs (el enalapril es el más estudiado y utilizado) o ARA II. En comparación, su perfil de seguridad y tolerabilidad es igual o superior. Su costo es más elevado, pero cuenta con cobertura de obras sociales (PAMI, aún por vía de excepción) y prepagas.

El tratamiento de la insuficiencia cardíaca no requiere solo de medidas farmacológicas, si no también de cambios en los hábitos (dieta baja en sodio, ejercicio físico), en algunos casos de procedimientos invasivos (by-pass, angioplastia, trasplante coronario) o de dispositivos implantables como cadiodesfibriladores o marcapasos. Sobre ese último punto, dice Bayés-Genis que “por primera vez tenemos una pastilla que sustituye o que puede lograr un efecto casi tan beneficioso como el de un desfibrilador para muerte súbita y esto es muy importante”.

Actualmente se está realizando un nuevo estudio clínico para demostrar su efectividad en pacientes con una capacidad funcional del corazón superior al 40%.

Fuente: Clarín

.

También te puede interesar...