Especialistas plantean que para volver a la normalidad hay que vacunar al 75 por ciento de la población

Los anuncios sobre las vacunas producidos esta semana pueden alentar cierto optimismo pero el camino hacia la normalidad es largo. Todavía falta mucho para viajar sin restricciones, no usar barbijos y asistir a eventos masivos.

Por Dr. Daniel Cassola

Que las vacunas se aprueben es solo un paso más pero no el definitivo. Ahora se tienen que producir, distribuir y aplicar, lo cual es muy sencillo de enunciar pero muy complejo de realizar con eficiencia. Puede haber innumerables caminos principalmente porque la humanidad afronta una etapa inédito y en lo nuevo siempre puede haber contratiempos inesperados.

Una vez encaminado el operativo global de vacunación, que no tiene una coordinación planetaria sino nacional con alguna guía regional por parte de los organismos que dependen de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quedarán todavía más incógnitas por despejar. ¿Cuánto durará la inmunidad que provean las vacunas? ¿Evitarán el contagio, o sea cortará la transmisión, o prevendrán los casos severos? Son preguntas que hoy nadie puede responder con otras cosa que no sean especulaciones.

Los especialistas alrededor del mundo manejan la cifra del 75 por ciento de la población vacunada como un cierto consenso a partir del cual se podría volver a la normalidad, o a lo más parecido que se pueda imaginar. Según afirmó Andrew Badley, profesor de medicina molecular de la Clínica Mayo de Estados Unidos, “es muy seguro que para volver a la normalidad haya que vacunar al 75 por ciento de la población”. Los mismos datos son manejados por la Asociación de Vacunología en España (AEV), donde el operativo comenzará en enero próximo.

La OMS, a su vez, estima que hará falta inmunizar a un 60-70 por ciento de la población para frenar el avance del virus. Los porcentajes son altos porque el virus presenta una gran capacidad de contagio. De esta manera, en Estados Unidos habría que vacunar a unas 300 millones de personas, en México a 88 millones de personas, en Colombia y Argentina alrededor de 35 millones y en Perú a 22 millones, por poner algunos ejemplos. A simple vista aparece como una tarea titánica.

“Será necesario alcanzar la inmunidad de rebaño a una escala global para reducir la incidencia de la enfermedad o erradicarla. Teniendo en cuenta que somos más de siete billones, esto podría tomar años”, estima el profesor Badley. Actualmente, varios gobiernos, organizaciones sanitarias, fabricantes, científicos y filántropos contribuyen en el proyecto Covax, diseñado para proveer un reparto equitativo y fluido de vacunas y tratamientos en todo el mundo, al margen de los recursos de cada país.

Otra demora adicional es la provocada por la confianza, o en este caso su falta. Hay una gran cantidad de gente, que por medio de encuestas, expresa que no se vacunaría. “Cada campaña de vacunación tendrá que acompañarse de una estrategia de comunicación clara. Todo esto suma más tiempo”, advierten desde la Asociación de Vacunología española.

El mundo enfrenta una tarea colosal para poder recuperar del todo su economía y su vida en sociedad plenamente. O al menos un poco mejor de lo que es ahora.

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