El “botón rojo” del presidente ante la saturación del sistema sanitario

En una entrevista realizada ayer el presidente Alberto Fernández aseguró que no descarta “pulsar el botón rojo para evitar que el sistema sanitario llegue a un punto de colapso”. ¿Cuándo sería ese momento?

Por Dr. Daniel Cassola

Está claro que no todos los argentinos viven la misma realidad durante la pandemia. Siempre desde el punto de vista de cómo el coronavirus afectó a la realidad no es lo mismo los más de cinco meses de aislamiento en el AMBA que la situación en las provincias, que en su amplia mayoría recién en las últimas semanas sufrieron una gran cantidad de casos. También son distintos los sistemas sanitarios. Dónde más casos hay, la ciudad y el conurbano, el sistema no dejó de responder. En cambio, ante la aparición de un brote la capacidad de respuesta de los hospitales tambalea en Río Negro y Jujuy, y comienza a haber preocupaciones en Santa Fe.

Por eso es que vale preguntarse. ¿Cuándo será la situación que lo lleve a Alberto Fernández, según sus propias palabras, a apretar el botón rojo? Ayer contamos que en Río Negro, propiamente en Cipoletti, el hospital regional comenzó a aplicar un protocolo para decidir a quién se interna y a quién no. Los médicos de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) advirtieron que las alarmas están sonando ya, ahora. Ayer a las cartas abiertas de los profesionales se sumó la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Los médicos allí sostienen que “hoy transitamos el momento más difícil de la pandemia”.

Además, advierten que de “no implementarse medidas adicionales esta situación continuará agravándose día a día” porque “la cantidad de infectados y fallecidos sigue en aumento”. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, las autoridades sanitarias realizan una suerte de contorsiones explicativas para no decir que los casos están en aumento. En palabras del ministro de Salud porteño Fernán Quirós, “desde el 15 de julio se alcanzó un nivel de media móvil de más de mil casos por día, desde entonces hemos tenido subidas y bajadas en una anchísima meseta alta que se mueve entre 1000 y 1300 casos por día”. En concreto, desde hace ocho días los casos en la Ciudad de Buenos Aires están en aumento, más allá de las metáforas geográficas sobre picos y mesetas.

Todo depende también del valor que se le den a las palabras. Se escucha con frecuencia a las autoridades hablar de que la curva está “estable”. A eso le falta una valoración. Un paciente puede estar estable en una pésima condición de salud. Estable es que no se modifica ni sufre accidentes. Para ser crudos, un paciente en coma está estable. Lo que no significa, de ninguna manera, que esté bien. Volviendo a la pandemia en Argentina, una cantidad “estable” de muchos casos y muertes por día van a provocar que el sistema colapse, si es que, como vimos en algunos casos del interior, eso ya no sucedió.

Si hay un problema en curso, que no muestra signos de mejoría y, al parecer, hay todavía medidas que se pueden tomar, ¿no sería hora de tomarlas? ¿Se puede apretar, aunque sea un poco, el botón rojo para ver si mejoramos? ¿O la única medida que queda es tan drástica, al estilo de un estado de sitio o algo así, que solo están dispuestos a activarla en caso de catástrofe? Son las preguntas que nos provoca hoy la pandemia que tiene en vilo al mundo desde hace meses. Para la vacuna, que aparece como la posible solución, todavía faltan, en el mejor de los casos, entre 5 y 6 meses. ¿Y hasta entonces qué hacemos?

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