Por Dr. Daniel Cassola

Todas las personas que tengan dificultades para respirar, silbidos al inhalar y exhalar, y tos persistente tanto de día como de noche, y no se hayan hecho jamás una espirometría deberían realizar este control con urgencia. La espirometría es tan importante en el diagnóstico y tratamiento del asma como lo es el tomarle la presión a un paciente con hipertensión. El estudio AIRLA (Asma en Latinoamérica) demostró que en Argentina, el 32% de los asmáticos nunca realizó dicho examen.

La Organización Mundial de la Salud  estima que el asma afecta a 300 millones de personas en el mundo, número que se ha duplicado en los últimos 10 años. Asimismo, aproximadamente 250.000 personas mueren prematuramente como resultado del asma, por ello resulta sumamente importante  su detección precoz.

El asma no tiene cura, pero la persona puede controlar la enfermedad y realizar una vida sin complicaciones respiratorias. Las personas que lo padecen deben tener un tratamiento personalizado para su enfermedad y tomar los medicamentos que prescribe su médico. Además, deben conocer los factores que desencadenan una crisis de asma, reconocer sus síntomas y tener claro lo que debe hacer ante la situación crítica. Eso se logra con la ayuda de un profesional, que brinde información y educación a quien padece esta afección y a sus familiares.

Como sus señales pueden ser leves o incluso inexistentes, el asma es una enfermedad que tiene un comportamiento impredecible. En cualquier momento pueden presentarse sus síntomas y ser graves. En el asmático la inflamación subyacente de las vías aéreas siempre existe, lo importante, nuevamente es un diagnóstico adecuado para iniciar un tratamiento efectivo que permita lograr el control total del asma y así mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En la actualidad existen numerosos tratamientos y opciones efectivas. La información actual muestra que gran parte de los pacientes asmáticos no tienen control sobre su afección y asumen con normalidad vivir con síntomas constantes de la enfermedad. Desconocen que con una evaluación periódica y el tratamiento adecuado es posible lograr un buen control del asma de forma sostenida. Podrían disfrutar perfectamente de una vida normal.

En síntesis, las recomendaciones para los pacientes asmáticos y sus familias que les queríamos acercar hoy son:

-Procurar reconocer los agentes o circunstancias que desencadenan las crisis: ejercicio, aire frío, problemas emocionales, irritantes químicos, alérgenos o ciertos remedios.

-Reducir la exposición a los alérgenos controlando el medio ambiente: ventilar las casas, evitar la humedad, la presencia de irritantes como perfumes, aerosoles, desodorantes, talcos, insecticidas, espirales y sahumerios. No utilizar alfombras.

-Conviene evitar escobas, escobillones y plumeros que levanten polvillo. Si es posible utilizar aspiradoras y si no, trapos húmedos.

-Braseros, hogares y salamandras se desaconsejan como medio de calefacción. El humo del carbón o leña son irritantes importantes de las vías aéreas y desencadenantes de crisis.

-Algunos remedios como la aspirina, los antiinflamatorios y los betabloqueantes pueden agravar o desencadenar el asma.

-El humo del cigarrillo es el principal contaminante ambiental y uno de los factores que más exacerba los síntomas de asma.